Sobre Verónica Forqué, la salud mental e internet

Se olvida que hay un productora que, conociendo la situación de Verónica Forqué, prefirió humillarla a protegerla. Ella habló de su situación, y eso sucedió antes de que se empezase a emitir el reality.

16 diciembre 2021 ·
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El fallecimiento de Verónica Forqué está siendo acompañado por un aluvión de tweets, post, likes y comentarios. Las redes se han conmocionado por el suicidio de la mítica actriz. Los rostros más conocidos de nuestro país, además de cientos de personas anónimas, llevan varios días lamentando el suceso. Se habla de ella como actriz, como leyenda, como madre y como hija. Y, aunque el titular lleve el nombre la actriz, el suceso también ha sacado de nuevo a la palestra la cuestión de la salud mental.

Las redes se han conmocionado por el suicidio de la mítica actriz.

Para muchas personas ha supuesto un shock, algo inesperado. Otras promulgan que era algo que se podía haber advertido. Sí, es importante hablar de salud psicológica. Pero, ¿hasta que punto se está frivolizando con un tema? ¿Hasta que punto son justos ciertos comentarios? Muchos estamos de acuerdo en que Masterchef es un producto del neoliberalismo: chistes rancios, una falsa ilusión de meritocracia -la siempre guiada por una mano nada tonta- y presión extrema para alejar a las personas de sí mismas y convertirlas en personajes. Miembros del programa, delante y detrás de la cámara, ya han machacado concursantes antes. Algo que no queda aquí, sino que sigue en unas redes deshumanizantes y agresivas.

Afirmar categóricamente, con un tono de culpa que se olvidara cuando otra novedad asalte los titulares, que “¿como no nos dimos cuenta?” simplifica un problema cuya raíz nace en el sistema que aparta a la persona. Se pone el foco solo en ella, quizá incluso en el espectador de a pie. Se olvida que hay un productora que, conociendo la situación de Verónica Forqué, prefirió humillarla que protegerla. Ella habló de su situación, y eso sucedió antes de que se empezase a emitir el reality. Y, no solo no la protegió, si no que la lanzó a los leones.

Se olvida que hay un productora que, conociendo la situación de Verónica Forqué, prefirió humillarla que protegerla.

Sabemos que está mal ridiculizar a una persona, que el acoso lleva a las personas al extremo pero no lo vemos ante nosotros. Esto es así porque duele darse cuenta de que somos parte de un sistema que devora a sus hijos por un fajo de billetes. Parece que todo se solucione con un comentario de “¿cómo no nos dimos cuenta?” con un complejo más de salvador que de culpa. Se repite cientos de veces un bienintencionado pero simplista: “Por favor, pedid ayuda”. ¿Ayuda, a quién? ¿A una sociedad que no está educada para saber brindarla? ¿O a un servicio médico que no tiene recursos? ¿A un teléfono que no puede alentarte más de un rato? Hoy seguimos pensando en Verónica, que precisamente pidió ayuda en su última aparición. La verdadera ayuda para enfrentar una enfermedad no será una palabra de aliento ni un abrazo de un ser querido. Ahora mismo, la auténtica ayuda está en manos de un sistema que lo vende todo.

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