Así es mi vida con TCA (Trastorno de la conducta alimentaria)

Un alcoholico lo es toda su vida, al igual que un ludópata o un drogadicto. Los TCA o Trastornos de Conducta Alimentaria son un tipo de adicción en el que, como en todos, existe riesgo de recaída.

25 noviembre 2021 ·
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Imagen vía: Unsp

Mis padres se han ido de viaje, lo que significa casa libre. Para la mayoría de las personas eso es alegría, poder montar las fiestas que quieras, poder dormir en la cama que quieras, poder invitar a quien quieras, tener un picadero… Para mi significa estar sola conmigo misma y eso, con un trastorno alimenticio, da miedo.

Cuando mi madre se despidió de mi, solo me dijo una cosa “prométeme que comerás” yo asentí. Lo dijo porque en unos meses he perdido mucho peso.

Todo esto empezó a los 16 años. Siempre había sido una chica rellenita e incluso había recibido bulling por ello en el colegio. En aquella época estaba muy de moda el estereotipo de chica al que se le marcan los huesos y yo quería ser ese “prototipo normativo”. Empecé a buscar en internet cosas relacionadas con perder peso y acabé en mil páginas de Ana y Mia ( Ana es el nombre romántico que le dan a la anorexia y Mia el de la bulimia). Creo que los nombres provienen de una serie llamada Rebelde, pero eso nunca lo tuve muy claro y me daba igual.

En mi caso yo empecé con Ana, estuve varios meses sin comer casi nada, y para paliar la ansiedad empecé a fumar. Mi ansiedad por la comida empezó a crecer y empecé a comer de forma compulsiva. Intentaba vomitar pero no estaba “entrenada” y no podía, así que lo compensaba con muchas horas de deporte. Al final, aprendí a vomitar y tuve periodos en los que alternaba anorexia y bulimia.

Al principio era un juego, algo que yo y muchas chicas romanizamos. Luego el trastorno alimenticio se convirtió en mi peor pesadilla. Ana y Mia nunca van solas, van acompañadas de otros problemas como la depresión, ansiedad, baja autoestima, elevada autoexigencia, frustración, miedo al rechazo o a no encajar… o más bien es todo eso lo que te lleva ahí.

Éste no es un post sobre cómo dejar de comer o cómo empezar a vomitar. Éste es un post para advertirte. No lo hagas.

Estoy bien, he aceptado que lo importante es aceptarse a uno mismo, que un cuerpo normativo no es sinónimo de cuerpo sano, que puede estar mas sano alguien con una talla 44 que con una 38. Que la talla 38 me aprieta el chocho. Que aunque tenga unos kg de más estoy sana y gozo de buena salud, y que quien me quiera lo hará por mi persona y no por mi físico. De repente, un día me siento mal, veo que no estoy comiendo, me gusta y me aterroriza pero soy incapaz de recordar cuando o por qué pasó. Mientras pienso en la comida o en no comer evito otro tipo de pensamientos, el mecanismo de actuación del trastorno alimenticio es el mismo que en cualquier droga.

Últimamente me voy a dormir por las noches con tristeza, con la sensación de que la vida no está yendo como a mi me gustaría. Me angustio. Me levanto por las mañanas y me obligo a desayunar una taza de leche con café para obtener energía. A las 11.30h desayuno, 2 nueces y una onza de chocolate negro. Hay días que siento que voy a vomitarlo, no tengo hambre. Hay días en que esto es lo único que como en todo el día. Llega la hora de comer y pienso “no tengo hambre y estoy perdiendo peso, ¿por qué debería comer?” Intento recordar todo lo que he logrado hasta el momento y hay días que consigo comer algo. Algo sano obviamente.

Si quedo con mis amigos para comer voy al baño y vomito todo lo que puedo. A veces me siento mal e intento recordar qué día empezó todo esto ( otra vez). Ni siquiera me acuerdo. Siempre es la misma historia…

No es bonito, aunque lo intentes disimular, la gente se da cuenta de que te adelgazas rápido, que casi estás en los huesos. Lo que empezó hace años por estar más delgada poco a poco pierde su esencia inicial.

El trastorno alimenticio es una pesadilla que se te va de las manos en momentos de estrés o angustia, y te aferras a ello porque mejor malo conocido que bueno por conocer

Acaba siendo una tortura que te duele a ti, una tortura que hace sufrir a tus seres queridos con lo cual te culpabilizas mas y aun cuesta más salir del bucle. Soy esa chica aparentemente alegre, feliz, con amigos, trabajo y hobbies, soy esa chica de la mirada especial. Esa chica que todos envidian, esa chica perfeccionista a la que todo se le da bien. Soy esa chica rota que pide ayuda a gritos en un mundo de sordos y ciegos. Esa chica puedo ser yo, puedes ser tu y puede ser cualquiera.

Si has llegado hasta aquí , hazme caso, déjalo. Créeme, al final acabas tu solx con tu enfermedad, la gente se desespera porque no sabe como ayudarte, muchxs te abandonan en el camino, y no pedes construir nada verdadero pues mucha gente nota que hay algo raro y huye. Mi mejor consejo: Busca un buen profesional. Un endocrino, una nutricionista e incluso un psicoterapeuta. Deja tu salud en sus manos. Todo proceso de cambio sano y real requiere tiempo. Ten paciencia y sé constante. Todo llegará.

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