Es hora de que conozcas la lucha de los afroamericanos para defender sus derechos.
Odio romper tu burbuja: lo que está pasando en los Estados Unidos ahora mismo, con el atentado de George Floyd y las manifestaciones de #BlackLivesMatter (“Las Vidas Negras Importan”), no es un hecho aislado. No existe la “vuelta a la normalidad.” Los asesinatos de los afroamericanos a manos de la policía en los Estados Unidos no son incidentes esporádicos o nuevos.
Sin embargo, la tela de los Estados Unidos fue tejida gracias a la explotación de los afroamericanos, la mano de obra del trabajo esclavo, y la violencia sistémica hacia las personas de color.
Hoy en día, ese sistema de explotación continúa pero tiene nombres distintos: se llama complejo industrial penitenciario (en inglés, “the prison industrial complex”), se llama brutalidad policial (“police brutality”), se llama el encarcelamiento masivo (“mass incarceration”).
Los hechos son los siguientes: el número de asesinatos a manos de la policía en los Estados Unidos afecta desproporcionadamente a los afroamericanos. A pesar de representar solo el 13 por ciento de la población de los EE. UU., los afroamericanos tienen 2,5 veces más probabilidad de ser asesinados a tiros por agentes de policía que la gente blanca.
Según el NAACP (Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color), los afroamericanos son encarcelados 5 veces más que la gente blanca.
Si los afroamericanos y los hispanos fueron encarcelados en proporción a la tasa a la que lo son la población blanca, las poblaciones de las prisiones y cárceles disminuirían de casi un 40%.
El encarcelamiento masivo de los afroamericanos es una nueva forma de control social que tiene muchos paralelismos con la era de Jim Crow. Para contexto, el término “Jim Crow” se convirtió a finales del siglo XIX en sinónimo de un concepto perverso de segregación racial, dirigida específicamente a los afroamericanos.
Así llegamos a George Floyd, que fue asesinado tras ir a un supermercado. O a Philando Castile, que estaba volviendo a casa con su novia después de cenar. A Tamir Rice, que estaba jugando en un parque. O a Ahmaud Arbery, Eric Gardner, Ezell Ford, Michelle Cusseaux, Tanisha Anderson, Natasha McKenna, Walter Scott, Bettie Jones, Breonna Taylor. Todxs asesinadxs a manos de la policía.
La lista es interminable. Debemos decir sus nombres. Debemos darlos a conocer. No podemos olvidar lo que pasó con ellos, o hacer la vista gorda ante estas injusticias.
Porque el silencio es equivalente a la violencia. Y como nos muestra la historia, los derechos humanos no se consiguen pacíficamente.
Y si crees que el racismo no va contigo, si piensas que no te incumbe porque quizás no vives en los EE. UU. o no eres afroamericano, te invitaría a que, desde tu situación privilegiada, pensaras en tu día a día.
Que pienses en el techno que sé que escuchas en Soundcloud, en las series que ves en Netflix y en HBO, en los futbolistas que apoyas, en el mes de orgullo que vas a celebrar.
¿Sabías que los disturbios de Stonewall - el incidente que se convirtió en un grito de guerra para el naciente movimiento de derechos LGBT – se atribuyen a Marsha P. Johnson, una mujer trans negra, quien supuestamente arrojó el primer ladrillo que provocó esos disturbios?
¿Sabías que el techno tiene sus orígenes en Detroit, y proviene del funk, disco y góspel? Originalmente concebido como una reacción al deterioro y abandono de la ciudad, se convirtió en un subproducto de la lucha afroamericana, como una forma de protesta.
Y si tu pregunta ahora es, ¿qué puedo hacer? ¿Cómo puedo ayudar? La respuesta es: usa las herramientas que tienes de manera crítica y transformadora.
Sal a manifestarte: Busca por las redes sociales si en tu zona hay una manifestación. Madrid se ha sumado al movimiento con una protesta en Sol. Barcelona y Zaragoza también. Pero hazlo con prudencia, evalúa los factores de riesgo que implica participar en una protesta pública durante una pandemia.
Infórmate. Hay artículos y ensayos disponibles gratis online, muchos de los cuales están traducidos al español. Empieza por ¿Son obsoletas las prisiones? de Angela Davis. O si te animas a comprar un libro, déjame recomendarte Entre el mundo y yo de Ta-Nehisi Coates.
Si dispones de los medios económicos, dona. El usuario de Twitter @dehyedration ha creado la página Black Lives Matter Carrd, una guía completa sobre recursos, solicitudes, protestas y fondos para donar.
No es suficiente decir simplemente que “no eres racista.” O esconderse detrás de tu pantalla.
Ya no hay excusa para que no estés informadx sobre el movimiento de #BlackLivesMatter y la lucha afroamericana. Debemos ser aliadxs, y eso empieza con cada unx de nosotrxs.