Ignatius Farray es el mejor cómico de España y todos creen que está loco

El trabajo cómico de Ignatius es mas bien una filosofía de la comedia. Una biblia de qué es ser cómico.

30 abril 2019 ·
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Bajo su apariencia estética de vagabundo, Ignatius Farray oculta el alma de un chamán. Los chamanes eran (y son) aquellos personajes que tienen la capacidad de encontrarse en dos mundos al mismo tiempo. El mundo de los espíritus y el mundo terrenal. De forma que pueden ponerlos en contacto y hacer intercambios entre estos. Con Ignatius pasa lo mismo. Tiene un pie en la tierra y otro junto a la diosa Shiva.

Dentro del imaginario cómico de Ignatius, Shiva la destructora sería la diosa de la comedia. Esto es debido a que la comedia no tiene que ver con la creación. Con lo bello o lo racional. Si no con la destrucción. La diosa-comedia no es un ser de luz que te toca con un largo dedo y te hace reír mientras se ilumina tu mirada. Al contrario. Shiva te hace sufrir. Te enfrenta contra aquellas cosas que repudias y temes. También contra ti mismo.

Shiva la destructora sería la diosa de la comedia. Esto es debido a que la comedia no tiene que ver con la creación. Con lo bello o lo racional. Si no con la destrucción.

Pero es en este malestar donde aparecen las revelaciones. Es de enfrentarte a una pesadilla, de donde sales mas fuerte y comedizado . El goce formal o el placer de ver algo bello sólo te lleva al embotamiento somnífero. Las reflexiones transformadoras solo pueden salir de una fractura. En este caso causada por el dolor. Como dice Ignatius Nada bello puede salir de lo bello. Para que algo bello surja, tiene que salir del fango. 

En su práctica cómica, Ignatius crea personajes volátiles que te enfrentan contra una realidad. Hablo de volátiles porque son personajes de una sola frase. O que sólo son un acento o una pose. O que duran un par de programas de su show radiofónico La vida moderna. Te enfrentan a realidades cómo la del racismo (mr chaman). El dolor y el patetismo del paso del tiempo (Elvis canario) . O a la idea tardo-capitalista de que sólo tu vida merece la pena si te conviertes en una Rock Star, cómo ha hecho con Petróleo.

El papel de Ignatius con estos personajes, al igual que el del chamán con los espíritus, es el de pantalla. Ignatius se convierte en una pantalla en el que todas estas realidades cómicas pero duras aparecen.

Como dice Ignatius Nada bello puede salir de lo bello. Para que algo bello surja, tiene que salir del fango. 

Estos personajes no sólo son caras de problemas y clichés del pensamiento moderno. Si no que son un catálogo metodológico del funcionamiento de la comedia. Son atravesados por el patetismo, la enfermedad, la diferencia, la locura, lo prohibido, la fealdad... todo lo cual es la base histórica del humor. Ignatius pasa de ser una especie de bufón real a un rockero acabado de bareto. Un Elvis de metro. La representación gráfica de todo el humor racista, etc. Personajes que utiliza para deconstruir aquellas metodologías humorísticas que señalan.

Y tras cruzar toda esta tierra conceptual llegamos a los hechos de su práctica. Además de su humor no-humor, basado en situaciones cotidianas patéticas o reveladoras. Y en la evocación de personajes. Hay dos aspectos muy importantes del trabajo de Ignatius que me gustaría destacar: Estos son su uso de las redes sociales y la fusión que hace de filosofía, prácticas culturales y comedia.

Ignatius hace de las redes sociales otro campo de batalla cómico. De hecho, me atrevería a decir que su campo de batalla central. El twitter de Ignatius es el germen de lo que luego serán sus gags y personajes. Imágenes de su vida cotidiana, conversaciones, discusiones y tweets escritos borracho son los materiales que conforman esta red cómica.

El twitter de Ignatius es el germen de lo que luego serán sus gags y personajes. Imágenes de su vida cotidiana, conversaciones, discusiones y tweets escritos borracho son los materiales que conforman esta red cómica.

Es importante destacar esta incursión de la vida particular en la comedia en un periodo 24/7. Todo aspecto vital es susceptible de ser material cómico. Pero hay otra capacidad de Twitter que me parece mas importante en el trabajo cómico de Ignatius. Y es la capacidad de interacción constante con su público. El twitter de Ignatius no es un eterno chiste mono direccional. Si no que es una conversación constante entre las gentes e Ignatius. Ignatius y las gentes. Y es en esta conversación donde nace la comedia. La práctica cómica que Ignatius desarrolla en Twitter para después llevar a los escenarios es una práctica colaborativa. Donde el chiste está hecho tanto por el cómico cómo por el público.

Esto me recuerda a una norma básica del arte. No hay ningún objeto que sea arte de por si. Sólo es arte cuando un grupo de personas lo percibe cómo arte. Da igual cual sea el objeto, un retrato hiper realista o un urinario. La esencia del arte se encuentra en la mirada y entendimiento del espectador.

Es lo mismo que pasa con el humor. Sólo es humor si hay un "circulo de confianza". O una especie de entendimiento entre los diferentes interlocutores. Y, por supuesto, solo hay comedia cuando hay alguien para percibirla. Y aquí es dónde se encuentran los límites del humor.

Sólo es humor si hay un "circulo de confianza". O una especie de entendimiento entre los diferentes interlocutores. Y, por supuesto, solo hay comedia cuando hay alguien para percibirla. Y aquí es dónde se encuentran los límites del humor.

La filosofía pura. Al igual que las teorías de género, las prácticas descoloniales, etc; son clave para entender el humor de Ignatius. Al principio de su carrera de manera velada. Ahora mucho mas evidente. Haciendo referencia a problemas filosóficos clásicos, o a problemas de las diferentes corrientes del feminismo, en sus intervenciones en La Vida Moderna. Este camino que ahora está tomando me parece el viraje mas interesante de su carrera cómica. Está procurando entretejer comedia y problemas del pensamiento y cultura de izquierdas. Creando un rico tejido de aprendizaje lúdico. Y de paso humor de calidad.

Un ejemplo de la incursión que hace Ignatius en el pensamiento filosófico y artístico (que me gusta mucho) es su teoría del swing en el jazz. Ignatius habla de cómo en el jazz, para que el concierto fluya, debe haber swing. El swing es una especie de entendimiento entre dos sujetos. Una pelota que se desplaza de un sujeto a otro y que no depende exclusivamente del virtuosismo musical. Si no que tiene que ver con el dejar lucirse al otro también. En un concierto hay swing cuando los músicos se entienden. Andan en la misma onda. Se valoran, respetan y se dejan unos a otros brillar.

Ignatius aplica este ejemplo a lo que sería una actuación cómica perfecta. En la que el juego de chistes y el entendimiento entre los diferentes cómicos y el público es fluido. Por último, utiliza el ejemplo del swing de forma inversa. En esta intervención en La Vida Moderna, aplica la teoría del jazz a una situación cómica en la que "no hay swing".

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